Hojas de piña como alternativa sostenible al cuero

La innovadora iniciativa, desarrollada por la emprendedora Carmen Hinojosa, ha sido finalista del European Inventor Award 2021

Carmen Hinojosa, asturiana de nacimiento, se afincó en Irlanda a los diecinueve años donde cofundó una empresa de fabricación de cuero de lujo que dirigió durante 15 años. Cuando comenzó a trabajar como consultora textil para el Banco Mundial, así como para proyectos financiados por la UE llevando su experiencia en diseño textil a mercados en desarrollo (como Filipinas), tuvo claro el impacto ambiental y social negativo de la industria del cuero y se decidió a impulsar una alternativa sostenible. Y la encontró en las fibras de hojas de piña, un innovador tejido que utiliza este residuo como materia prima y que no solo impacta menos en el medio ambiente que la fabricación de cuero de vaca, sino que ayuda a las comunidades agrícolas.

Carmen Hinojosa con su tejido realizado a partir de residuos de hojas de piña. Imagen: Ananas Anam

La producción convencional del cuero es controvertida, dados los vastos recursos necesarios para criar ganado para el matadero, el riesgo de contaminación que representa el proceso de curtido, hecho con productos químicos, y las condiciones de trabajo, a menudo precarias, de las curtidurías.


Carmen Hijosa decidió desarrollar un tejido sostenible que fuera adecuado para la exportación y que aprovechase mejor las habilidades y las materias primas de Filipinas: las hojas de piña son muy fuertes, finas y flexibles; tradicionalmente han sido utilizadas en el país asiático durante 300 años para confeccionar tejidos hechos a mano. Antes de crear con éxito el tejido llamado Piñatex y perfeccionar su producción, esta asturiana se sumergió durante doce años en un proceso de investigación y desarrollo para replicar la malla de fibras de colágeno del cuero. Tal ha sido su empeño que para ello tuvo que completar diversos títulos textiles, establecer una empresa y hasta refinanciar su casa para seguir investigando y completar su doctorado.


La réplica de la malla de fibras de colágeno del cuero implica quitar las fibras de celulosa de las hojas y fabricar primero fibras de calidad textil, las cuales se procesan después en una tela de malla no tejida, mejorando y suavizando aún más esta alternativa al cuero. La materia prima que conforma la base del tejido es un subproducto de la cosecha local de piñas en Filipinas, que ofrece un ingreso adicional a los agricultores y utiliza un recurso que, de otro modo, se desecharía. Esta fuente de residuos es significativa, ya que los diez principales países productores de piña del mundo crean suficientes hojas como para reemplazar potencialmente más del 50 % de la producción mundial de cuero. Pero además, Piñatex también requiere de mucha menos agua que otros tejidos, como por ejemplo el algodón, el cual consume más de 20 000 litros de agua por kilogramo y se produce con menos productos químicos y emite menos CO2 en comparación con la producción de cuero, lo que mejora aún más las credenciales de sostenibilidad.

Tras un innovador proceso se consigue una réplica de la malla de fibras de colágeno del cuero.

Imagen: Ananas Anam

Esta emprendedora presentó una solicitud de patentes para su tejido y producción y fundó su start up Ananas Anam, con la que ha lanzado Piñatex a nivel comercial.


La propiedad intelectual ha sido una parte fundamental para asegurar los fondos, así como asegurar el futuro del producto y su potencial de mercado. En la actualidad, es la directora de creatividad e innovación y está a la vanguardia de los nuevos desarrollos textiles a base de residuos y de origen vegetal.


Su trabajo pionero ha posicionado a la empresa como líder del mercado, ha convertido su tejido en una opción para muchas marcas de moda internacionales, y lo hace en un momento en el que los consumidores están empezando a presionar a la industria textil en favor de opciones más sostenibles.